11 enero, 2010

Flor silvestre

Ella es esclava de su corazón
está atada a su amor
y él no entiende
porque lo sigue sin razón aparente

Nunca pudo ver el sol
pues ese amor la llena de dolor
con sus lágrimas cayendo
como llovizna en el desierto

Y aunque trate de apostar
que algún día lo va a dejar
jamás podrá entender
que sus promesas suelen perder

Lentamente la flor se marchita,
se pudre en su interior
no puede soportar
su jaula de cristal

Pero hay algo que no se puede entender
es que en este reloj las cosas andan mal
sus agujas giran para atrás
y no se escucha el famoso tic-tac

Lo que mata su conciencia
es aquél pescado
que la mira con sus ojos atontado
simulando dolor cuando desprecia su amor

Y ella que brilla en todo lugar
acepta la carga que ha de llevar
pues aunque sienta pena
ella misma dictó su condena

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